Nuestras emociones son las que posibilitan nuestras relaciones con nuestro entorno y con las personas que lo habitan. Este conocimiento del potencial de nuestras emociones surgió en el año 1995, gracias al psicólogo Daniel Goleman, quien le dio el nombre de inteligencia emocional al conjunto de emociones que, cuando se usan correctamente, generan relaciones saludables en todos los ámbitos. Son las especializaciones como la psicología y la programación neurolingüística (PNL), las que han impulsado de nuevo la importancia de las emociones.
Actualmente, la inteligencia emocional y la programación neurolingüística están estrechamente ligadas al dedicarse al trabajo interno de nuestra mente y personalidad.
La PNL e inteligencia emocional ayudan a que tu vida alcance niveles de control y éxito significativos, sobre todo cuando quieres concluir proyectos personales y profesionales. Incluso cuando simplemente buscas mejorar tus relaciones interpersonales, realizar terapia con programación neurolingüística y trabajar tu inteligencia emocional, te darán esa fuerza que puedas necesitar.
La inteligencia emocional y programación neurolingüística (PNL) te ofrecen ejercicios prácticos que los puedes aplicar a lo largo de tu vida, como por ejemplo, la modelación de tu mente utilizando esquemas mentales exitosos, anclajes positivos, comunicación flexible y despierta, etc. Mientras que, cuando hablamos de coaching, se trata de un entrenamiento guiado (más corto que las técnicas de PNL) para trabajar regiones específicas de tu personalidad.
Combinando un entrenamiento en coaching e inteligencia emocional con PNL trabajas con mayor meticulosidad tus propios recursos, a los que puedes recurrir para profundizar en el aprendizaje de una comunicación y oratoria efectiva para aplicarlos, a cualquier contexto de tu vida, bien mejorar tus relaciones, tu capacidad de oratoria y de comunicación con tu entorno, o conseguir éxito en tu trabajo.
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